Existe una realidad creciente en muchas de nuestras iglesias.
Muchos padres se desentienden de la educación espiritual de
Sus hijos, delegándola cada vez mas a la iglesia. Los padres dan por sentado que la comunidad se encargara de la transmisión de los valores cristianos y que para ello desarrollara la estructura necesaria.
Sin embargo, la responsabilidad de educar en la fe le corresponde
Primero a los padres, y no a la comunidad cristiana. No estoy diciendo que la iglesia local no deba proveer formación espiritual a los jóvenes. ¡En absoluto! Estamos afirmando que esta educación corresponde en primer lugar a los padres y, tan solo en un segundo termino a la iglesia.
La iglesia es colaboradora en la formación espiritual de los jóvenes, pero nunca debe ocupar el papel y la responsabilidad de los padres puesta por Dios sobre ellos.
¿Qué implicación tiene esto para los lideres y pastores juveniles? Puesto cada vez mas nos encontramos con más jóvenes que carecen de una formación cristiana recibida en el hogar, esto significa que no solo desconocen la información básica acerca de la biblia, sino que tampoco han recibido en su contexto familiar los valores que son los que conforman el estilo de vida cristocentrico
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